La Comisión Europea suspende durante cinco años los aranceles de la comunidad con el mercado norteamericano, lo que significa el crecimiento de las ventas de carne.
Durante la Cumbre UE-EEUU, la Comisión Europea ha anunciado la suspensión de aranceles entre ambos mercados durante un periodo de cinco años. Esta decisión supone un revulsivo para la industria alimentaria en Europa, y se trata de un triunfo celebrado por los mercados de distintos países de la comunidad europea, especialmente el de la industria cárnica.
El acuerdo alcanzado entre la Comisión Europea y Estados Unidos pone fin, al menos durante un lustro, a una complicada situación para el mercado agroalimentario en Europa, que ha repercutido entre otros, en el sector de alimentación y bebidas español. Una situación que además se ha visto agravada por la pandemia, y en la que se ha visto bastante perjudicada la venta de carne de porcino.
Con todo, se trata de una buena noticia que permitirá a los países europeos, España incluida, coger impulso para recuperar posiciones frente a la competencia. La Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) se ha mostrado satisfecha con el acuerdo ya que, desde su punto de vista, esto soluciona un problema que ha afectado negativamente a los productos alimentarios españoles, suponiendo un “retroceso para muchas empresas españolas en favor de otros países competidores”. Para la FIAB, es el momento de fortalecer la industria alimentaria española en un mercado tan importante como el estadounidense.
Se espera que en estos próximos cinco años la industria agroalimentaria española retome posiciones en el mercado norteamericano. Desde que en 2019 se impusieran aranceles del 25% a 113 categorías de productos españoles, que en conjunto supone el 53,1% del total de las exportaciones españolas, productos como la carne de porcino habían sufrido grandes pérdidas. Estado Unidos es el segundo socio comercial extracomunitario después de China y el quinto destino de las ventas externas de la industria de la alimentación española. Este acuerdo supondría la oportunidad de mantener y reforzar la relación transatlántica, suponiendo un paso determinante para la economía española en la recuperación tras el COVID-19.